lunes, 20 de junio de 2011

Estadidad

Poco después de su independencia, Estados Unidos pagó 60 millones de francos (el equivalente a 219 millones de dólares actuales) por tanto como 828,800 millas de territorio francés, en lo que se conoció como la famosa "Compra de Louisiana" en 1802. 

Ya para 1812 Louisiana era un "Estado" de los Estados Unidos de América.   

Luego, cuando Estados Unidos se interesó en lo que hoy conocemos como los "estados mexicanos" (territorio que comprende California, Oregon, Arizona, Nevada, Colorado, Nuevo Mexico, Texas y parte de Wyoming) les invadió y tomó por la fuerza en la famosa guerra Mexico-Estadounidense del 1848.

Ya para 1912 todos eran bien dicho “Estados” de los Estados Unidos de América.

Luego, cuando Estados Unidos se interesó en Alaska (586,812 millas de territorio perteneciente a Rusia) lo
compró al gobierno soviético por 7.2 millones de dólares, el equivalente a unos 111 millones de dólares en valor actual.

Ya para el 1958 Alaska era un bien dicho “Estado” de los Estados Unidos de América.

Luego, cuando Estados Unidos se interesó en Hawaii, reinstaló a los líderes que favorecían sus intereses, pidió referéndums al gobierno hawaiano y (valiéndose de un tecnisísmo electoral del cual los hawaianos nunca estuvieron de acuerdo) logró anexionar el archipiélago polinesio a su territorio.

Ya para 1959, Hawaii era un “Estado” de los Estados Unidos de América.

Puerto Rico lleva en cambio desde 1898 (mil ocho-sientos, noventa y ocho) como propiedad del gobierno estadounidense: 

Primero como botín de guerra, durante la Guerra Hispano-Americana en 1898. Luego, a fin de extender sus corporaciones en el Caribe, establece en Puerto Rico un gobierno civil restringido (Ley Foraker, Mayo de 1900). Luego, a fin de añadir al puertorriqueño como soldado durante la Primera Guerra Mundial, se le impone una “ciudadanía americana” sin derecho al voto (Ley Jones, Marzo del 1917) que el pueblo puertorriqueño mísmo vetó. Luego, a fin de disfrazar su práctica colonial ante las recién formadas Naciones Unidas en las postrimerias de la Segunda Guerra Mundial, establece en Puerto Rico un estatus político que ha sido definido por expertos como un “disparate jurídico” (Estado Libre Asociado, Julio de 1952). Y todavía hoy, después de un siglo, una década y tres años de ocupación, el Congreso de los Estados Unidos nunca ha mostrado interés de anexionar Puerto Rico a su territorio. Asume en cambio la estratégia política del "innocent bystander" donde luego de 113 años de control económico, opresión política y colonialísmo, responsabiliza al pueblo puertorriqueño de "no ponerse de acuerdo" evitando así su responsabilidad política, social y moral. 

Después de 113 años, una identidad nacional destruída y una economía nacional cada vez en mayor decadencia, la situación invita a un serio momento de introspección nacional.



Querido Estadista


Si bien la soberanía pudiera parecer una ideología bilateralmente opuesta, ambos perseguimos un mismo gran y necesario fin: elevarnos por encima de las limitaciones morales y económicas de la colonia del "Estado Libre Asociado".     

Mientras que ustedes abogan por igualdad dentro de un país extranjero, nosotros aspiramos a igualdad con el mundo entero y la soberanía necesaria para pactar de tú a tú con otros países e incentivar así la economía internacional que TANTO Puerto Rico necesita.

Mientras que ustedes aspiran al voto presidencial de un país extranjero (el cual ha demostrado no tener interés alguno en anexionarnos) nosotros aspiramos a un gobierno propio que vele por los intereses económicos del pueblo puertorriqueño y no a uno a miles de millas de distancia, moralmente indiferente y ajenos a las necesidades del pueblo puertorriqueño velando por sus propios intereses.

Mientras que ustedes (ahogados en un mísero complejo de inferioridad cultural) alegan que Puerto Rico "no es una nación", que somos “chiquititos”, “vagos” y que “no podemos”… nosotros estamos conscientes de todo lo que los puertorriqueños somos capaces de crear y del éxito que aguarda el integrarnos al mercado internacional fuera de las leyes de cabotaje y demás sanciones coloniales que tanto nos consumen moral, social y económicamente.

Mientras que ustedes (ya sea por ignorancia o fanatismo) juran y perjuran que la estadidad está a “la vuelta de la esquina”, nosotros estamos conscientes de que si el congreso de los EEUU tuviese interés alguno en anexionar Puerto Rico a su territorio, en los cien años, una década y tres años de ocupación en la isla, ya lo hubiese hecho. 

La historia ha demostrado que cuando Estados Unidos interesa un territorio... ya sea a través de la compra (como lo fue la adquisición de Lousiana y Alaska) guerras (como lo fue la anexión de los estados mexicanos, territorios indígenas y estados sureños durante la guerra civil) o ingeniosos tecnisísmos electorales (como lo fue la toma de Hawaii en 1959) simple, llana y sencillamente, lo toma.

Antes de articular el trillado argumento de que "es que nosotros no hemos pedido la estadidad con suficiente fuerza", recuerde lo siguiente: Cuando durante la Primera Guerra Mundial se le otorgó la ciudadanía americana al puertorriqueño, nosotros no la pedimos. Tampoco hubo referéndums sobre si “la queríamos” ni consideraciones algunas sobre las implicaciones políticas, morales ni económicas de desnacionalizar al puertorriqueño. Simplemente estaba dentro de los interestes económicos, políticos y estratégicos de los EEUU, y lo impusieron.

El día que ustedes acepten esta triste e indignante realidad... el día que acepten que la estadidad jíbara no es una opción para los puertorriqueños, comenzarán al fin a buscar opciones más allá de mendigar la entrada a un país extranjero que (después de 113 años de vivir en el patio de su casa, pelear sus guerras, aportar a su economía y acatar las restricciones económicas de funcionarios políticos por los cuales tampoco tenemos derecho al voto) no demuestra interés ninguno en anexionarnos.


El día que ustedes acepten esta indignante realidad, dejarán al fin de ofrecer nuestro espacio geográfico, identidad nacional y riqueza ecológica para el lucro y explotación de un país extranjero. Será el día en que se enrolarán las mangas y nos ayudarán a desarrollar las mismas vías de autosuficiencia nacional que (jurando que así nos darán un espacio entre las cincuenta estrellitas) hoy desbaratan sin reparo alguno para detrimento del pueblo puertorriqueño. 

El día que ustedes estadistas dejen de ver al puertorriqueño (o sea, a ustedes mismos) como hombres y mujeres “vagos”, “ineptos” e “incapaces” de gobernarse a sí mismos (mentalidad que curiosamente conviene sólo al país extranjero en cuestión) será el día en que se enrollarán al fin las mangas y comenzarán a trabajar el proyecto de país que tanto los puertorriqueños necesitamos. 

Entre tanto seguiremos comiéndonos por los rabos los unos a los otros sin llegar a un consenso nacional, en la miseria económica de un agotado estatus colonial y en la pobreza de espíritu que implica vivir en el Estado Libre Asociado.

Como todos puertorriqueños, hombres y mujeres comprometidos NO con un partido político sino más bien con lo mejor para nuestra patria, nuestros ancianos, adultos, adolescentes y bebés aún por nacer... necesitamos de tu ayuda para hacer de este proyecto de país una realidad. 

En palabras del Andrés Jimenez 'el jíbaro': Coño despierta boricua.



Documentemos lo aprendido

martes, 22 de febrero de 2011

Brutalidad ¿policiaca?

Tengo una amiga a quien el dueño de un auto-parts le cobró 138 dólares por una pieza que (poco despues supo) costaba entre 48 y 60 dólares.

Mi novia trabajó en un Centro Educativo cuyo patrono pagaba menos del salario mínimo federal, cargaba sus tutores con exceso de estudiantes y no reportaba nómina de empleados al gobierno para (así) no pagar los beneficios marginales que la ley les ofrece.

En la Guardia Nacional tuve un primer-sargento que me ajudicaba mil defectos, asignaba las peores posiciones y buscaba la manera de humillarme en público simple y sencillamente porque "mi personalidad" no era de su agrado.

Y así sucesivamente, desde el supermercado que cobra IVU en todo lo que vende (impuesto que sólo aplica a artículos procesados) hasta el chofer de ambulancia que utiliza la sirena oficial de su vehículo para llegar temprano al almuerzo, utilizar una "posición de poder" como si fuera una licencia para sacar ventaja de otros (o como un marrón para golpear a los demás) no es un fenómeno "único" de líderes políticos ni mucho menos de "la policía" sino un lamentable modus-operandi que se respira en todas las esferas del quehacer puertorriqueño. Una asquerosa mentalidad que aparece en prácticamente cualquier contexto donde "unos" ejercen algún tipo de poder sobre "los otros"...

Desde el jefe que se desquita recortándole horas de trabajo a sus empleados hasta el otro que inscribió a sus sobrinos como dependientes suyos en "la planilla", son todos ejemplos del mismo abuso de poder y corrupción que hipócritamente criticamos en el gobierno. Un mero reflejo de cómo nos comportamos los unos con los otros donde la única diferencia entre la "corrupción" de ellos y la "brutalidad" de nosotros es el cargo que ocupamos y/o el uniforme que no llevamos puesto.

¿Cómo puede el ciudadano que se roba el "cable tv" decir que el gobierno es "corrupto" o el padre/madre que le entra correasos a sus hijos hablar de "brutalidad policiaca"?

Desde el cliente que hicimos esperar más porque "nos cayó mal" hasta el conductor que le bloqueó el paso al otro "pa' que coja"... son todos ejemplos del mismo "abuso de poder" que supuestamente señalamos en la policía, sólo que hasta el nivel donde la situación nos lo permite.

Un reflejo del cáncer moral que nos consume como pueblo, de la mentalidad que pulúla entre nosotros los puertorriqueños.

Producto de la narrativa del "que se joda... no me importa" y del "te paso por encima". Producto del "yo primero" y el que venga después "que'bregue". Brutalidad para la cual no hay cámaras de prensa, reporteros ni "primeras planas" en el periódico. Brutalidad de la cual nuestros agentes del orden público verdaderamente se han convertido en víctimas.


"Brutalidad ciudadana"
                                 vs. "Brutalidad policiaca"


El policía es un servidor público. Su trabajo no es cuestionar las decisiones que toma el gobierno ni mucho menos pasar juicio sobre "determinación política" alguna sino hacer valer las leyes y órdenes de aquellos a quienes nosotros los ciudadanos eligimos a través del voto.

Para para ello exponen su vida en la calle, pasan "navidad" patrullando comunidades y sacrifican "noche buena" y "Días de Reyes" velando por la seguridad pública de otros que sí pueden disfrutarlos con su familia. Uniformados que eligieron una profesión donde se hace frente tanto al gatillero más buscado como al pillo común que anda por ahí. Los que van a donde nadie quiere ir  y lidian con las personas que nadie quiere lidiar cuya cena de "Acción de Gracias" (frecuentemente) se da en platos de "foam" a la mesa de algún frío cuartel. Ciudadanos a quienes (por la salvajada de unos pocos) no les hemos honrado el respeto y admiración que se merecen.

Aquellos a los que maltratamos gritando  "puercos" y "lambones" obviando que no son responsables ni de las decisiones del gobierno que eligimos, ni de la rampante criminalidad que arropa Puerto Rico ni (mucho menos) de la maldita cuota universitaria. Son al igual que todos nosotros, víctimas de "todas las anteriores".

Como si exponerse a asaltantes dispuestos a destruír su cuerpo no fuese suficiente, universitarios, chamaquitos hijos de "mami y papi" salen a la calle resueltos a destruir también sus espíritus gritándoles "perro" y lanzándoles objetos cual si fueran ellos "los responsables" de la debacle económica en la que vivimos. Y luego se quejan de "brutalidad policiaca" cuando el policía (quien sólo procura mantener el orden... sea lo que sea que eso signifique para el "gobierno de turno") reacciona.

Por eso hoy abogo por la creación de un nuevo término: "Brutalidad ciudadana". Porque los abusadores (realmente) somos nosotros. Abusador tú, abusador yo... abusadores todos. "Perros" nosotros que votamos por los políticos que hoy insultamos y hasta huevos les tiramos. Puercos los que abusamos vilmente el uno del otro y después tenemos la fuerza de cara de señalar a un servidor público.

Puerco TU, puerco YO y puerco todo aquel que demoniza al uniformado en vez de abrazarlo como hombres y mujeres que naufragan en misma tragedia que estamos todos. Cuando nuestra voz clame por unión y no "separación y guerra" será entonces (y sólo entonces) cuando veamos la revolución que TANTO Puerto Rico necesita.


Documentemos lo aprendido

martes, 15 de febrero de 2011

La Narrativa

Cuenta la historia que cuando Alejandro Magno llegó a la India se encontró con un yogui asceta meditando en posición de loto frente al río Indus (326 B.C). El joven conquistador detuvo su ejército, desmontó su caballo y le preguntó.

“¿Qué estás haciendo?”

“Estoy experimentando la inmensidad de “la nada”
 Respondió el asceta

“Y tú (inquirió) ¿qué estás haciendo?”

“Yo... ¡estoy conquistando el mundo!”
Respondió orgullosamente Magno. Y ambos rieron.

Para sus adentros ambos pensaron que el otro era un idiota: “¿Conquistar el mundo para qué?” pensó el yogui hindú. “Sentarse a hacer nada ¡Qué desperdicio de una vida!” pensó el macedonio. Sin darse cuenta ambos vivían exactamente la misma aventura... pero cada cual dentro de la narrativa que habían aprendido.

Alejandro creció escuchando que al morir los hombres cruzan el río Styx (que separa a los "vivos de la muerte") donde se nos preguntará si vivimos “una vida extraordinaria”. De haber hecho cosas extraordinarias seríamos transportados a Elysium, lugar reservado para los grandes héroes durante la vida o (de lo contrario) irías a parar a los campos de Asphodel, destinado para las almas simples y comunes.

Alejandro Magno, de niño, creció escuchando las historias del guerrero Aquiles, del heróico Hércules y de Theseo, quien derrotó al terrible minotauro. Fue instruído en las épicas de "La Iliada", "La Odisea" y enseñado a vivir como lo hicieron estos grandes, en una cultura de 'victorias espectaculares'.

El yogui hindú en cambio, creció escuchando una narrativa diferente.

Él  también escuchó la historia de un río que separa a "los vivos de la muerte" pero no como un viaje de “una sola vez” sino como un recorrido constante... como un viaje que hacemos varias veces durante nuestra existencia espiritual (en un largo proceso de reencarnación y Karma) a fin de alcanzar nuestra evolución espiritual.

El yogui creció escuchando la historia de Bharat, quien también conquistó el mundo. Cuando Bharat llegó el pico más alto de las montañas (Meru) jurando ser el primero, se encontró con que la cima estaba cubierta de banderas e insignias de diferentes conquistadores a lo largo del tiempo, cada uno de ellos reclamando ser "el primero" en haber llegado allí. Bharat se sintió insignficante, que había desperdiciado toda su vida en un objetivo inútil. Descubrió que el objetivo más genuino que puede conquistar cualquier ser humano está realmente en su interior.

¿Cómo "la narrativa"... las historias que cuenta un país permean la cultura y (con ella) la vida y objetivos de sus ciudadanos?

¿Cómo la historia (mitológica o real) moldean la mentalidad, visión del mundo y (más importante aún) la personalidad individual y colectiva de un país?

Toda potencia que ha conocido la historia ha contado con una poderosa narrativa sobre sí misma. Los Griegos se veían equiparables a los dioses y la narrativa espartana percibía "la gloria" en el fulgor de la batalla. Los romanos también estaban maravillados con su propia grandeza. Para ellos el imperio romano era 'la luz del mundo'... producto del sacrificado esfuerzo de los dioses.

Estados Unidos consquistó el centro-oeste de norteamérica porque era el destino manifiesto que "Dios" les había encomendado y con su narrativa de "superioridad aria" Hitler empoderó todo un país a desatar la guerra más feroz conocida por el hombre hasta el día de hoy.

Desde el discurso de Reichtag en Alemania y el "Ask not..." de John F Kennedy hasta el "Yo tengo un sueño" de Martin Luther King y el levantamiento de la bandera en Iwo Jima, la narrativa y símbolos de un país tienen el poder de revestir a la ciudadanía con la fuerza moral necesaria para elevarse a un nivel superior.

Narrativas con inspiradora visión del ayer y/o grandes objetivos para el mañana que imprimen propósito, cohesión y grandeza en la psique colectiva de un país.

Narrativas que producen hombres y mujeres con un alto sentido de pertenencia e identidad cultural. Ciudadanos que se reconocen a sí mismos como seres capaces y responsables de su destino moral, político y económico.

Narrativas empoderadoras que (ya bien sea por efecto de "la profecía autocumplida" o simple auto-determinanción) motivan a la sociedad y sus miembros a luchar en pro de un objetivo común. Narrativas que simple, llana y sencillamente empoderan.


Narrativas que no funcionan

                                                                      "If you want to dispossess a people,
                                                                      the simplest way to do it is to tell
                                                                     their story, and start with 'secondly'"
                                                                                                   -Mourid Barghouti

La forma mas fácil y al mismo tiempo vil de manipular a un ser humano es depojándolo de su narrativa, su sentido de logros, de su orgullo personal. Y es que una vez controlamos cómo un ser humano se percibe a sí mismo... su autoconcepto, controlamos a fin de cuentas al individuo mísmo.

Un excelente ejemplo de ello es la narrativa que hombres y mujeres maltratantes forjan en la psique de sus parejas: Les convencen de que sin ellos "no son nadie", que están "donde están" gracias a él o ella y de que "no serían capaces" de sobrevivir "si no fuera" por ellos. Procuran imprimirles un destructivo autoconcepto dentro del cual (lejos de reconocer sus logros y/o potencial como seres humanos) canta cuán "incapaces" supuestamente son. Narrativa que les tilda de "inepto/as" y habla de lo supuestamente "poco" que han logrado.


Discurso que una vez la víctima acepta como verdadero (independientemente del maltrato que recibe) le mantiene voluntariamente sometida al yugo del maltratante. Se cree "incapaz" de vivir sin él o ella. Que "ni ha logrado" ni "logrará nunca nada" en su vida. Ya esa es "su narrativa"... y su narrativa determina sus decisiones y (por ende) la calidad de vida que llevan.

Si de "narrativas que no funcionan" se trata (esta vez a nivel colectivo) la cultura árabe es otro excelente ejemplo de ello. Previo al arraigo islámico en medio oriente (hace 1,300 años) la cultura árabe produjo grandes matemáticos, artistas, filósofos y geógrafos cuyos trabajos (al sol de hoy) nutren gran parte de nuestro conocimiento en arquitectura, economía, artes, ciencias y matemáticas. Cuando no se habían convertido al judaísmo (o alguna de las muchas sectas cristianas de su época) los árabes gozaban de una tolerante cultura politeísta que veneraba a Ilumquh, las estrellas y particularmente a la luna como su deidad másculina predominante. Antes del discurso musulmán de convertir infieles o darles muerte los árabes gozaban de una pluralidad de ideas que les permitió desarrollarse tanto en el ámbito científico y artístico como en el místico-espiritual.

Entonces llegó el Islam y (con las invasiones asiáticas y las Cruzadas) su narrativa de violencia disfrazada de virtud. Llegó el discurso de "perseguid a los infieles" incluso entre sí. Abrazaron los valores del Jhijad y la narrativa de un Alah vengativo que llama a la guerra incluso entre ellos mismos.

Narrativa que les impide crecer como países y aceptar nuevas y/o mejores formas de gobierno. Narrativa que justifica su odio contra el mundo aferrados a un discurso de "victimato" que perpetúa su propio estancamiento socio-cultural.

Narrativas que moldean la mentalidad individual y colectiva de estas naciones y les mantiene peleando entre sí. Narrativas que simple, llana y sencillamente "no funcionan".


La narrativa puertorriqueña

                                                        "Lo que me guiará no es lo que he vivido,
                                                         sino el tono en el que lo narro. No 'la vida',
                                                         sino su interpretación...

                                                        -Diario de un Ladrón, Jean Genet


En una de tres escalas de Kosovo a Puerto Rico tuve la oportunidad de compartir con una joven puertorriqueña, estudiante de la Univesidad de Stanford en California, una amena conversación en temas que fueron desde la necesidad de una mejor educación en matemáticas y el absurdo de la "inteligencia académica" hasta
los descalabros políticos y económicos que sufre el pueblo puertorriqueño. Resuleto a explicar que (antes que cualquier otra cosa) lo que Puerto Rico enfrenta es una crisis psicosocial, pregunté:

-"Y hablando como los locos ¿Sabes quién fue el primer gobernador de Puerto Rico?"

Miró para arriba, frunció el ceño y embarcó en una serie de gestos (típicos al momento de "hacer memoria") que duraron como unos 5 segundos.

"Yo se que no fue Muñoz Marín..."
Recalcó al tiempo que apretaba sus labios con un dedo

-"Cierto (interrumpí) no fue 'Luis Muñoz Marín'... ¿y el primer presidente de Estados Unidos? Pregunté de corrido, así como quien "no quiere la cosa".

Su semblante cambió como si la simplicidad de la pregunta (en contraste con la anterior) hubiese insultado su mentalidad y en menos de lo que canta un gallo respondió.

-Pues Jorge Washington, ¡claro!

Nótese que no estoy hablando de una mujer criada en Nueva York ni producto de alguna escuela rural "in the States (you know)". Estamos hablando de una mujer nacida y criada en Puerto Rico... Cayey, por eso de ser más específicos.

Nótese que tampoco estoy hablando de una persona que atravesó escuela superior "a patás" porque no le quedaba "más remedio"... que tuvo 2 hijos antes de terminar cuarto año (5 más después de que salió) y que vive a expensas del gobierno. No.

Estamos hablando de una brillantísima joven de 19 años, producto de ambas escuelas públicas y privadas del país forjando su carrera profesional en una renombrada Universidad en la costa este del Pacífico.

A medida que la conversación continuó descubrimos tampoco conocía la trayectoria de Betances: su fama como cirujano en Francia, porqué regresó a Puerto Rico, la fundación del hospital San Antonio, su labor diplomática, exitosa vida política ni demás reformas que forjó en diferentes partes de América Latina después del exilio.

¿Qué importa si sabemos (o dejamos de saber) quienes fueron los "Founding Fathers" de la cultura puertorriqueña? ¿El tener modelos históricos y valores nacionales con los cuáles identificarnos?

¿Que importancia puede tener saber (o no saber) las aportaciones de Eugenio María de Hostos en América Latina?

Como datos aislados, ninguna.

Pero cuando damos un paso hacia atrás y descubrimos que estas son tan sólo "piezas"... simple y sencillamente "piezas" dentro del enorme rompecabezas de piezas intencionalmente perdidas con el cual nos ha tocado construir nuestra propia identidad socio-cultural y la narrativa que nos define como país... aquella que determina qué políticos elegimos, el trato que nos damos los unos a otros y los objetivos que perseguimos (tanto a nivel individual como colectivo) la observación invita a un alarmante proceso de introspección.

Cuando descubrimos que las "piezas" que se supone nos empoderen como país (cuando no mal documentadas) son ampliamente desconocidas por el grueso de los puertorriqueños descubrimos que (antes que la criminalidad, la economía o 'el gobierno' de turno) la tragedia borincana gira en torno a su narrativa...

Desde el ciudadano que tiró basura por la ventana de su carro hasta el otro disque-independentista que atacó la policía en "una huelga", son todos síntomas del mismo craso sentido de pertenencia nacionalescacés de modelos históricos efectivos que fundamenten positivamente nuestra conducta colectiva.

El producto psicosocial de una "historia" manipulada, supervisada y reforzada a conveniencia moral, política y económica de un país extranjero... discurso que no nos sirve a nosotros sino a un tercero.

Narrativa que canta que "somos chiquitos", que "no podemos" y que en Puerto Rico "no hay...". Discurso que no se asemeja al que escuchó Alejandro Magno sino mas bien a la de una mujer maltratada que aguanta y justifica lo que sea temerosa de no poder vivir sin su verdugo.

Narrativa que simple, llana y sencillamente no nos funciona.


Recapitulando

Para descolonizar a Puerto Rico primero hay que descolonizar al puertorriqueño y mientras seamos un país moralmente impedido con una narrativa que no solo nos pequeñiza como pueblo sino que refuerza nuestra supuesta incapacidad nacional, seguiremos señalándonos y comiéndonos por los rabos los unos a los otros pero siempre orbitando alrededor de un tercero que sólo se beneficia de nuestro tirijála borincano. Aquí la solución:

Si queremos mejorar los alarmantes índices de asesinato y criminalidad en el país, mejoremos la economía.

Si queremos mejorar la economía, urge movernos hacia un estatus político que nos permita abrirnos al mundo y pactar de tú a tú con otros países.

Si queremos cambiar ese estatus político, hay que cambiar la percepción que tenemos los puertorriqueños de nosotros mismos... la mentalidad con la que entramos a votar a las urnas y elegimos a nuestros funcionarios políticos.

Si queremos cambiar nuestra imagen propia, urge cambiar la narrativa que no funciona trabajando con la educación de las generaciones venideras, por clichóso que eso pueda escucharse.

Y no... no estoy hablando de dar "una clase" en la escuela. Estoy hablando de todo un currículo nuevo y una forma diferente de contar la historia... estoy hablando de películas, programas de televisión, música y cuentos de forklor... de re-descubrir a nuestros héroes nacionales y crear nuevos modelos que nos hagan sentir orgullosos de 'ser puertorriqueños' más allá de deportistas o meras reinas de belleza.

Durante muchos años por venir, este debe ser nuestro único gran objetivo. Todo lo demás es "mantenerse a flote" y puro comentario.



Documentemos lo aprendido.

jueves, 3 de febrero de 2011

Los que ganan

En la década del 1860 se libró en Estados Unidos una encarnizada guerra civil entre los estados del norte y los del sur cuando los segundos (siguiendo un modelo económico esclavista) decidieron separarse de la Unión, siendo posteriormente invadidos por los "estados del norte" en la famosa Guerra de Secesión

Esta pasó a la historia como uno de los combates más nobles en pro de la libertad esclava y unión nacional eternizada en la frase "United we stand" (Unidos permaneceremos).

Lo que poca gente sabe es que poco antes de la guerra, los estados del norte incursionaban en una economía industrial donde la esclavitud (a diferencia del modelo sureño) no era efectiva ya...

Poca gente sabe que para cuando se escribió la Declaración de Independencia (en 1776) donde se establece que todos los hombres son "creados libres (…) e iguales" esa “igualdad” curiosamente no incluía al hombre negro ni (mucho menos) al nativo norteamericano.

Otro factor ignorado
es que países europeos (particularmente Gran Bretaña) amenazaban con cesar tratados económicos con el norte en represalia al modelo esclavista de los estados del sur... sin contar la pérdida territorial que hubiera significado su independencia.

¿Que cuál es el punto? Que además de las revoluciones (y el cabildeo de unos pocos cristianos-liberales de la época) quien confabuló para que fuera en ese momento histórico de 1861 (casi un siglo después de rampante y sonante esclavitud) cuando al fin despuntara el movimiento abolicionista estadounidense fueron los intereses territoriales, políticos y económicos de la época. ¿Por qué se cuenta con tanto sentimentalismo y sublimidad?


Porque la historia (simple y sencillamente) la escriben "los que ganan".

¿O qué me dicen de la Segunda Guerra Mundial? Hitler (1939) quien ha invadido Polonia, expropiado a los judíos y extendido su poderío militar hasta los mismos límites geográficos con España, fue valerosamente detenido por las fuerzas del Ejército Aliado que combatieron arduamente contra la tiranía de un hombre que amenazaba quedarse con toda Europa, exterminando casi toda una raza en el proceso.

Lo que poca gente sabe es que después de la Primera Guerra Mundial (en el Tratado de Versalles, 1919) Alemania fue arbitrariamente repartida entre Lituania, Latvia, Estonia y (primordialmente) Polonia.

Lo que poca gente sabe es que (en el mismo tratado) les fue
privado acceso al mar
, fueron despojados de todo el corredor este de Prusia (dejando comunidades alemandas aisladas por completo) e impuso pagar enormes e injustas sanciones a otros países.

Poca gente sabe que la comunidad judía controlaba una buena parte de la economía alemana… situación que (en contexto) laceraba aún más la humillada autoestima-colectiva de los alemanes.
 
En palabras del periódico de “The World” de aquella época:

"En toda la historia de la diplomacia
no existe un tratado que pueda
calificarse con más justicia de crimen
internacional, como ese estrafalario
documento que se quiere hacer firmar
a los alemanes"

Sin embargo hoy sólo sabemos de “Hitler el tirano”, señalando duramente los “abusos de Alemania” y obviando por completo el contexto histórico que llevó todo un país a refugiarse en el nacionalismo extremo, simple y sencillamente porque la historia... la escriben los que ganan.


Contexto puertorriqueño

Puerto Rico también tiene una historia escrita desde la perspectiva de "los que ganan" y en nuestro caso no fueron precisamente los puertorriqueños quienes tuvieron la oportunidad de escribirla.

Durante un viaje al Castillo de San Felipe del Morro, mientras alababa la arquitectura militar que protege la ciudad amurallada de San Juan, alguien del grupo (de zopetón, con todo el desprecio que pudiera imaginar) rispostó: 

"Prsss! tan desgracia'os que fueron los españoles con nosotros"

El resto (cual sacados de una secuela de "Resident Evil") se limitaron a asentir zómbicamente con la cabeza. No es la primera vez que escuchaba alguien referirse a los españoles (directa o indirectamente) como "los cabrones esos".

Esta fortísima (y ridícula) cultura anti-española que pulula entre los puertorriqueños es el producto psicológico de (precisamente) una historia escrita a conveniencia... de un sistema escolar que se limita a hablarnos de los compontes, la esclavitud y la absorción de la raza taína pero falla (y me atrevo a decir que intencionalmente) en ofrecer un panorama fiel que permita apreciar sin destructiva animosidad los verdaderos orígenes culturales del pueblo puertorriqueño. 

Es el producto de una historia mutilada y "maquillada" a conveniencia por un sistema de educación sufragado y (como si fuera poco) supervisado por un país extranjero.

Producto de un cuento que glorifica la figura estadounidense como "salvadora" y trivializa al puertorriqueño como "desamparados", pequeños... como "víctimas-incapaces" necesitados de la protección de un águila.

Narrativa que forja un negativo auto-concepto en la psique del pueblo puertorriqueño convirtiéndolo en uno dócil y conformista. Ciudadanos con "complejo de incapaces" cuyo objetivo a nivel individual (y colectivo) no va más allá de "gozar de los beneficios" que ofrece el extranjero.

Un pueblo que delega (cada vez más) su destino político al interes lucrativo de un tercero repercutiendo desastrosamente en nuestra economía, índices de criminalidad, corrupción, mentalidad "cuponera" y otros tantos males que aquejan a la sociedad puertorriqueña.


Toda una "historia" orquestrada e inculcada a conveniencia de precisamente...


Los que ganaron


Sí, España fue sumamente brutal: sometió a los indígenas, introdujo y esclavizó al hombre negro en América latina y oprimió al criollo. Cierto.


Lo que poca gente sabe es que para cuando Estados Unidos invadió Puerto Rico, Filipinas, Cuba y Guam (Guerra Hispano-Estadounidense de 1898) ya Puerto Rico había alcanzado un gobierno autónomo bajo el gobierno español que no sólo le concedía libertades político/económicas sino también voz y voto dentro del parlamento gubernamental de las cortes españolas... algo que Puerto Rico jamás imaginaría gozar bajo el actual y limitado estatus del ELA.

Lo que poca gente sabe es que para cuando Estados Unidos invadió Puerto Rico inmediatamente hizo ilegal 
el uso de su bandera, impuso el inglés como lengua oficial de la nueva colonia, cambió el nombre del país por "Porto Rico" y embarcó en un agresivo proceso de americanización donde cualquier cosa que identificara nuestra identidad nacional (ya fuera, pareciera u oliera a puertorriqueño) quedaba prohibido o eliminado.



Nota al calce: La bandera puertorriqueña no
fue legalizada sino hasta
más de cincuenta
años después
, con la implantación del "Estado
Libre Asociado" de 1952, cuando cambiaron el
azul celeste la bandera por un "azul marino" para
asemejar a la bandera estadounidense... y se de-
claró como himno nacional una letra distinta
a
"La Borinqueña" original escrita por Lola Rodríguez
de Tió en 1968. 



Poca gente sabe que posterior a la invasión estadounidense, los puertorriqueños fueron objeto de macabros experimentos cancerígenos (Dr Rhodes y el Instituto Rockafeller, 1931) las mujeres, esterilizadas como política estadounidense; los hombres, transportados como "mano de obra barata" al extranjero; sus tierras, bombardeadas con plutonio y uranio reducido y sus prestatarios de servicio militar utilizados en misiones de alto peligro donde el ejército continental temía participar. Esa (sin más ni más) fue la "llegada salvadora" de los estadounidenses a Puerto Rico.


Sin embargo nada de esto aparece en libro de texto o "currículo escolar" alguno porque la historia (simple y sencillamente) la escriben los que ganan

Recapitulando
Lejos de incentivar una mentalidad anti-estadounidense (la cual he criticado duramente en blogs anteriores) lo que pretendo es sacudir la estupidez puertorriqueña de alimentarse con una historia (cuando no falsa) incompleta que promueve la asquerosa mentalidad anti-española esa que pulula por ahí.



España fue tan genocida con los taínos como lo fueron los norteamericanos con sus indígenas... tan esclavistas con el africano como lo fueron los estadounidenses con el hombre negro... y oprimieron a los puertorriqueños tanto como (en su momento) los ingleses oprimieron a sus Trece Colonias. La única diferencia es que Estados Unidos (a diferencia de España) no tuvo 400 años para hacerlo...

Aun así, Inglaterra sigue siendo la "madre patria" de Estados Unidos tanto como la "madre patria" de Puerto Rico lo es España. Métanselo en la cabeza y repitan cuantas veces sea necesario: Negar nuestras raíces culturales tiene serias implicaciones en la psique colectiva de un país. Estados Unidos lo sabe. Hoy, son grandes aliados de Inglaterra.





Documentemos lo aprendido

sábado, 15 de enero de 2011

A favor de la "naranja completa"

Las palabras tienen un poder enorme. Cada frase, refrán o expresión que utilizamos carga consigo una serie de aseveraciones implícitas sobre los demás y nosotros mísmos que inconsciente-
mente moldean nuestra conducta.

El ser humano organiza el pensamiento a través de la palabra y (con demasiada frecuencia) estas ameritan un re-análisis constante. Recién conocí un señor que me contaba “de cuanto apoyaba” a su hijo en la escuela, muy a pesar de su pobre desempeño académico.

-Yo se lo he dicho (…) él no es TAN bruto”
El niño asentía con la cabeza.

Fue en ese momento cuando noté que (en lenguaje implícito) no sólo le había dicho “bruto” al niño sino que inconscientemente el joven ya “lo había aceptado” como un acuerdo. Aquel padre (inconscientemente) sembraba un auto-concepto en su hijo dentro del cual realmente, no hay que hacer mucho cálculo mental para saber cómo será su devenir escolar.

Una de las muchas inconscientes (y dañinas) aseveraciones implícitas que escuchamos por ahí es la de encontrar a "nuestra media naranja”: La idea de que (en alguna parte) existe la persona ideal, esa media-mitad que nos hará sentir seguros, amados y felices por el resto de nuestras vidas no es meramente utópica, sino peligrosa.

Es una aseveración basada en el argumento implícito de que estamos “incompletos por naturaleza” y que (por ende) necesitamos de otro ser humano, de esa “media-mitad” hecha “a nuestra medida” que saciará todos nuestros vacíos existenciales y hará sentir “completos”.

Si bien no hay nada más lejos de la realidad, lo peligroso de esta aseveración implícita no radica en su falsedad, sino la ENORME cantidad de gente que (en efecto) se casa con tal espectativa. Gente que corre a los brazos del matrimonio con la mentalidad que otro lo rescatará de sus propios complejos y vacíos existenciales. Gente que marcha al altar y dice "acepto" con la expectativa de que todas sus carencias emocionales serán milagrosamente saciadas al ponerse un anillo al dedo. Hombres y mujeres emocionalmente inseguras... medias naranjas "incompletas" que buscan seguridad, propósito y amor propio en un tercero.

Esto tiende a traer una serie de reclamos típicos (e igualmente enfermos) que suenan algo así como:

Comentario: "Tu no me haces feliz…”
(Argumento implícito: “Tu trabajo es hacerme feliz”)

Reality check: El trabajo de tu pareja no es “hacerte feliz” sino (en efecto) compartir SU felicidad con-tigo. Si eres una persona amargá (no importa si estás con “el Príncipe de Austria” o “La princesa Diana”) tus complejos, irritabilidad, falta de amor propio y/o sentido de inferioridad es algo que amargará tu vida estés con quien estés, sea a donde sea que vallas.

Aquellas que responsabilizan al compañero de su propia “infelicidad” no hacen otra cosa que vender una imagen de "sufridas" para (mediante su melodrama) manipular la situación a su favor.

Aquellas que hacen campaña para convencer a todos a tu alrededor de que tu eres "el malo", que ella es "la buena" y "lo mucho que ha sufrido por ti" no hacen otra cosa que demonizar la imagen de la pareja para justificar sus propios actos.

Aquellas que realmente se sienten engañadas, aquellas que son realmente sufridas (guess what...) no lo andan pregonando por ahí. Es una situación muy dolorosa como para andar alardeando de ella y con frecuencia tienden a creer merecer el trato que reciben, por lo que les resulta incómodo hablar del tema.

En cambio, cuando vemos una persona levantando bandera pública con la imagen de mártir-sufrida (teniendo la AMPLIA OPCION de simplemente salir de esa relación) no se trata de un desahogo personal... es una estrategia para manipular la impresión de los demás a su favor.


Comentario: "Si tú realmente me amaras... tará, tará, tará"
(Argumento implícito: "Tu no me amas") 

Reality Check: A menos que sea una manipuladora de siete suelas (o un hombre/mujer codependiente) nadie dentro de sus cabales se queda en una relación donde sabe que  realmente “no la aman”. El reclamo (de entrada) denota necesidad de control... manipulación a través del sentimiento de culpa.

Después del “si tú me amaras” (claro está) viene el objetivo deseado: “me acompañarías a tal sitio”, “recordarías tal fecha”, “comprarías un carro nuevo”, “tendríamos más sexo”, “me llamarías a las cinco”, "llegarías más temprano”… en fin: toda una retahíla de cosas que (si bien pudieran ser consideradas como descuidos, irresponsabilidad u otros intereses) no tienen absolutamente nada que ver con “amar” o "no amar” a la pareja.

Quien articula este tipo de reclamos busca controlar, hacerte sentir culpable poniendo en tela de juicio la sinceridad de tus sentimientos. Utiliza la sublimidad de la palabra “amor” como si él o ella fueran expertos-abnegados en la materia y tú un pobre diablo/a incapaz de amar a nadie.

Cuando el reclamo rememora eventos del pasado (“Si tu realmente me amaras, hubieses hecho tal o cual cosa… ”) sacándolos a relucir cada vez que aparece la oportunidad (así hayan pasado años de por medio, o discutan algo tan sencillo como “quién habrá de lavar los platos” esta noche) la situación esta completamente fuera de control. La necesidad de manipular sembrando humillación y culpa (actividad que tiende a venir acompañada de exageración y llanto) "dándole duro" al otro para salirse con la suya, no es amor... es enfermizo. 

Comentario: "Me haces sentir como una mierda/basura, etc"
(Argumento Implícito: "Tu eres responsable de mis complejos e inseguridades")

Reality check:
Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento” (E. Roosvelt) y si bien es cierto que existen comentarios que pueden llegar a ser muy hirientes, la realidad es que quienes gritan a voz en cuello este tipo de reclamos no lo hacen en respuesta a un ataque a su integridad personal sino debido a algún complejo o inseguridad previo del cual su pareja fue meramente un detonante.

Si no soy homosexual (por ejemplo) no hay forma en que las palabras de un tercero me hagan sentir homosexual.

Si sé que soy puertorriqueño, no hay forma en la que mis compañeros musulmanes me hagan sentír árabe.

Decir que mis amigos homosexuales me hacen sentir homosexual (o que mis compañeros musulmanes me hacen sentir árabe) no es otra cosa que responsabilizar a otros de mi inseguridad alrededor de mi propia identidad sexual/cultural. Cuando somos personas seguras y emocionalmente estables es imposible que un tercero nos haga sentir algo que, en en fondo, sabemos que no somos.

Lamentablemente el mundo está lleno de gente desequiribrada: gente que culpará a otros de sus propias carencias emocionales y demonios del pasado, relegando la responsabilidad de sus sentimientos y haciendo sentir culpables a los demás de sus propias inseguridades. Gente que vive predispuesta a creer cosas feas sobre sí mismas y (en lugar de lidiar con el origen de su malestar) buscan un agente externo en el cual exteriorisar sus incomodidades... y con frecuencia ese chivo expiatorio termina siendo su pareja consensual.

Nota alcalce: El trillado cuento de "mi esposo/a no me trata bien"
o "las cosas van mal en mi matrimonio" es (curiosamente) la misma
que venden los infieles a sus amantes (y famliares) para justificar
sus  amoríos: Manipulación y justificación mediante la victimización.

Pero la cosa no termina ahí. Si utilizar a otra persona como una muleta emocional sobre el cual llevar el peso de nuestras propias inseguridades no fuera suficiente, lo realmente lamentable es que esta gente pueda tener hijos... hijos que terminan por crecer frente a un campo de batalla lleno de culpas, reclamos y hostilidades que pueden durar hasta décadas. Parejas que utlizan a sus retoños para "darle duro" al otro vendiendo a sus hijos historietas que demonizan al esposo, restringiendo sus relaciones paterno-filiales y (en el peor de los casos) insultándolos con la misma imagen negativa que en otrora les vendieron: "Viste, que eres igual que tu pai/mai". Gente emocionalmente enferma que (sinceramente) no debería de tener hijos.

Recapitulando

Es por esto que abogo hoy a favor de la "naranja completa". Porque antes de tomar ese gran paso de ser pareja de alguien más debemos ser primero que nada naranjas completas: gente mental y emocionalmente saludable capaz de ser feliz incluso en soledad. Gente que asume responsabilidad de sus propios sentimientos sin la necesidad de otro que llene sus vacíos existenciales.

A su vez (cuando les toque elegir) estas naranjas compeltas deben unir sus vidas junto a otra "naranja completa"... no a una "media mitad" que les utlize como muleta para cargar con sus propios descoñetes emocionales. La fórmula correcta no es la "media naranja" que nos han vendido por ahí, sino la de dos naranjas completas que juntas, crearán una tercera... su relación.


Documentemos lo aprendido

domingo, 24 de octubre de 2010

Un llamado a Armas

Conversa de política entre cervezas en uno que otro bar. Imperialismo yankee y el asesinato de Filiberto Ojeda son los temas de su predilección. Luce una barba ligeramente descuidada con la que jura gritar “revolucionario” y no es raro verle con una camisa del Ché. Frases como “Libertad o Muerte” adornan su espacio mientras fuma el “fruto de la madre tierra” jurándose un patriota, un fiel defensor de la libertad porque ha protestado en cuanta huelga se ha zafado en Puerto Rico, escucha Roy Brown y luce una rebosante melena.

Si ha identificado alguien con al menos 3 de estas características ¡Felicidades! Usted se ha encontrado con un independentista de pacotilla: Nauseabunda modalidad de hippies-frustrados que usan el independentismo como una prenda de vestir… como una imágen comercial para alardear de rebeldes disque-intelectuales lastimando el verdadero movimiento independentista detrás del cual se esconden. Definitivamente, nos urge a los verdaderos independentistas un llamado a armas.

Un llamado a armas contra la ignorancia de estos “independentistas de pacotilla” que vandalizan paredes y edificios públicos con frases (cada vez más trilladas) como “Filiberto Vive” u otras consignas de oposición.

Un llamado a armas contra estos ñoños (con ínfulas de guerrilleros de las FARC) que protestan en cuanta huelga pendeja se zafa por ahí mas nunca han creado un proyecto de iniciativa comunitaria para trabajar con problema social alguno.

Un llamado a armas contra esos que asisten “al Grito” cada 23 de Septiembre pero no saben realmente quien fue Betances, porqué regresó a Puerto Rico ni qué hizo después de que se fue… los mismos que caldean los ánimos en foros universitarios utilizando el independentismo como excusa para acceder a la violencia colectiva.

Si nuestra definición de “patriotas” depende de estos analfabetas culturales, ‘possers’ de “Bravata” y “Hecho a Mano” que lo único que han probado ser capaces de hacer es “mucho ruido”, tenemos un serio problema de representación.

Para que el ideal independentista borincano deje de ser la comercial prenda de vestir en la que se ha convertido, nos urge identificar a estos pseudo-intelectuales y ponerlos a la luz de la humillación pública. Nos urge a los verdaderos independentistas levantarnos y gritar (a voz que cuello) que esos desgraciados, problemáticos, yerberos que no producen resultados no nos representan.

Para que la palabra “independentista” vuelva a significar el mismo cúmulo de conocimiento cultural e histórico que en otrora nos urge un llamado a armas contra estos wannabís que ciertamente nos han ganado un mal nombre. Contra estos inmaduros que esconden su crisis de identidad detrás del look de "bohemios" con la misma madurez que un reggaetonero usa un 'bling bling' para afianzar su identidad callejera.

Un llamado en armas contra los mismos pelús que se cantan independentistas mas no saben qué fue la Ley Foraker, La Carta Autonómica, un ápice de Derecho Internacional, tres carajos de Economía Global ni quién fue Betrances, Ruiz Belvis, Munoz Rivera o Baldorioty de Castro.

Gracias a estos 'possers' nuestro ideal independentista agoniza sobre un crítico estado de emergencia.

Y para ustedes, independentistas de pactotilla que me leen (si es que han llegado hasta aquí) les ofrezco cinco pasos para que dejen de ser tan... imbéciles:

1: Ser independentista no es sinónimo de ser antiamericano:

Andar por ahí gritando “Yankee go Home” y “Fuera el FBI” con una gorra del Ché (que tampoco sabes de donde carajo era) no solo te hace lucir como un idiota sino que también da la impresión de que todos los independentistas somos unos fanáticos anti-estadounidenses como tú.

Los independentistas verdaderos, aquellos que aspiramos a salir de la colonia que TANTO nos consume social, moral y económicamente, reconocemos que Estados Unidos juega apenas un 30% de nuestra trágica telenovela. El papel protagónico pertenece a nuestra politiquería interna (penepés, populares y pipiolos por igual) que dividen al pueblo enajenándolo con sus mentiras, embobándolo con “dadivas” para obtener sus votos y perpetuándolo a la dependencia… que no es otra cosa que condenarlo a la miseria misma.

Los barrotes que mantienen a Puerto Rico bajo la colonia son nuestras propias campañas políticas para manipular a través del miedo, nuestro poco sentido de pertenencia nacional y la crasa ignorancia que nos consume… no “el Yankee”. Este sólo nutre y se beneficia de la colonia mientras dure.

Cuando responsabilizamos a un tercer país por nuestros problemas, posicionándonos como “víctimas” en lugar de “responsables” de nuestro destino político, lo que insconcientemente estamos diciendo es “no depende de nosotros”… mentalidad que (efectivamente) nos incapacita.

2: Ser independentista no es andar por ahí como un hippie.

Si tu ideología no una mera imágen “fashion” como decir gótico, caco u otro estereotipo comercial no hay necesidad alguna de andar por ahí luciendo como un tecato-rastafari. Por cierto, tampoco luces bohemio: pareces un damnificado de FEMA. Báñate, aféitate, péinate, desarrolla ideas efectivas, ponlas a funcionar y deja de hacer tanto "show". La ideología independentista no se borra si te bañas con jabón... puerco.

3: Ser independentista no es citar nuestros próceres a mera conveniencia

Si no sabes cuál fue el contexto histórico en el que se dijo la cita: “Cuando la injusticia es ley, la revolución es orden” no tienes permiso para usarla.

Si no sabes quién fue Betances, te queda terminantemente prohibido que uses la frase: "Los grandes no somos grandes sino porque estamos de rodillas..."

Si no sabes quién fue Hostos, su vida, obra ni porqué sus restos no yacen en Puerto Rico, ten al menos la decencia de no andar mentandolo por ahí.

Citar a nuestros proceres borincanos para cumplir con una agenda político-personal (cuando ni sabes quienes fueron ni en qué contexto dijeron lo que dijeron) no es un acto de patriotismo: es la actitud de un adolescente malcriado. Menos bla bla bla, más concimiento y un poco de acción comunitaria... empiecen por ahí.

4: Aprende el verdadero signifcado de la palabra "lucha"

El movimiento en pro Derechos Civiles de la comunidad negra (liderada por Martin Lugher King) fue una lucha. La Desobediencia Civil en India que sin un solo disparo les logró la independencia del colonialismo Inglés (liderada por Mahatma Ghandi) fue una lucha. La unificación de un país dividido por el aperhaid en Sur Africa (liderada por Nelson Mandela) fue una lucha.

El día que ustedes, independentistas de pacotilla dejen de limitar la palabra "lucha" a disparos y balas de cañon (citando a próceres que hablaron en un contexto histórico completamente DISTINTO al nuestro) habrán avanzado muchísimo hacia lo que realmetne Puerto Rico necesita: una lucha diplomática en un foro internacional contra el colonialismo. Al diablo con la mentalidad mente-pollo de "luchas macheteras" y meramente protestar. Necesitamos intelectuales, no mercenarios de guerra.

5: Infórmate

No te cantes indepentista si no sabes como mínimo qué fue la Ley Foraker. Es una ley que como independentista tienes que amar con pasión u odiar a brazo partido pero (por lo más Santo) tienes que saber qué es.

Así también necesitas descubrir que el Grito de Lares fue un bien-intencionado pero fracasado intento de revolución armada mientras que La Carta Autonómica fue una exitosa guerra diplomática que sí logro nuestra independencia (el 24 de Noviembre del 1897) que sin embargo nadie celebra y en nuestras escuelas apenas se nos recuerda. ¿Se han preguntado porqué?

Cuando descubran la respuesta será entonces cuando abandonemos ese independentismo hippie que nos consume y comencemos a movernos hacia una mentalidad nacionalista, unitaria e inteligente.

Puerto Rico y todos los puertorriqueños lo necesitamos. Hágase un llamado a armas contra la ignorancia del independenstimo hippie.


Documentemos lo aprendido.

viernes, 15 de octubre de 2010

Identificando los límites

Si bien la sabiduría popular dice que “todo en exceso hace daño” la realidad es que los límites que establecen cuando algo deja de ser efectivo y cuando se convierte en un verdadero dolor de cabeza nunca están claramente definidos, hasta que chocamos de cabeza contra ellos…


Proteger nuestros hijos y darles todo cuanto necesiten es (por ejemplo) una conducta loable siempre y cuando no se lleve al punto de engreírlos y/o interferir con su adaptación al mundo real.

El capitalismo es sumamente efectivo hasta que lo empujamos al punto donde las corporaciones ejercen más poder que el gobierno mismo… y el lucro es más valioso que la ecología o cualquier otro valor social imaginable.

Incluso la espiritualidad, esa que supone signifique un remanso de paz interna, puede fácilmente ser empujada al punto de radical fundamentalismo religioso (personal o institucional) trastocando drásticamente su propósito incial.

Y es que sea cual sea el contexto, desconocer (y en el peor de los casos, OBVIAR) cuándo los límites de una conducta o modelo dejan de ser efectivos es un viaje directo y sin escala rumbo al fracaso… y el internet no parece ser la excepción.

Después de convertirse en la plataforma virtual donde realizamos el grueso de nuestras transacciones bancarias (restando necesidad a los cajeros) búsqueda de información (restando necesidad a la industria impresa) correo electrónico (haciendo menos necesario el correo convencional) y plataformas sociales (restando necesidad a puntos de encuentro como clubes y cafés) el internet ya ha comenzado a construír sobre el punto donde dónde algo efectivo comienza a convertirse en un dolor de cabeza.

Era… ¿Informática?

Recuerdo la primera vez que entré a una biblioteca a buscar información sobre algo que no tenía que ver con la escuela. Para entonces era yo un adolescente prendado con las maravillas de la filosofía oriental (desde Karate hasta la magnificencia del Yoga) y pregunté si tenían información sobre acupuntura. Resultó tenían la obra de un reconocido autor en acupuntura, devoré el libro en par de semanas y para cuando terminé con él sabía mucho de lo estaba buscado: Aprendí no solo sobre la filosofía espiritual que cimentaba todo aquello sino también sobre terminaciones nerviosas, meridianos, reflexología, acupresión, medicinas alternativas y demás trasfondo científico que explicaba aquel fenómeno médico.

Hoy, si bien el internet ha provisto la ‘ventaja’ de aislar exactamente lo que estamos buscando, ha creado una especie superficialidad intelectual donde poseemos océanos de información pero con apenas milímetros de profundidad. Ha propiciado una generación que sabe “de todo un poco” pero mucho sobre “absolutamente nada” donde incluso las obras literarias son buscadas “en resumen” antes aventurarse siquiera a disfrutar de la profundidad de un libro.

Ese punto donde el internet deja de ser una herramienta efectiva y su uso (más bien abuso) comienza a hacernos daño ha hecho su aparición.

Si bien estudios apuntan a que el internet "nos está haciendo más brutos”, el problema realmente no estriba en la computadora sino de la falta de educación con respecto a ella. El internet nos llegó de repente, como una maravillosa nave del futuro pero sin libro de instrucciones, clases ni valores sobre cómo realmente utilizar este producto. Aprendimos todos sus trucos, chucherías y aplicaciones completamente ajenos a las fronteras donde su uso comienza a lastimar nuestro desarrollo social e intelectual.

No necesitamos cursos que creen "usuarios" de la red sino "conocedores" la misma. Ajenos a esos límites, hay quienes prácticamente viven en sus páginas de redes sociales, no recuerdan cuando fue la última vez que fueron a un parque y el grueso de su tiempo se diluye chateando, posteando pendejadas y alimentando una imágen idealizada de sí mismos/as a través de los medios. Gente que (sin darse cuenta) hace mucho abandonó el internet como herramenta para cultivarse, encontrar y/o compartir información y empezó a usarlo como un eterno "janging spot" dando paso a la inactividad física, obesidad, apatía social, pseudo-intelectualidad y CRASA pérdida de tiempo productivo. Pero también hay buenas noticias:

No necesitamos tener un millón de “amigos” en facebook, actualizar nuestro “estatus” cada cinco minutos ni verificar nuestras “notificaciones” cada media hora: Esto solo han probado afectar severamente nuestra productividad y relaciones sociales en contexto real ^_^

No necesitamos saber el último escándalo de Ricky Martin, cuánto dinero exigió de Alomar la famosa “Maripilli” ni cuál fue la última prenda de vestir que lució Lady Gaga en un concierto de Rusia. Cultivemos eso que Tim Ferriss define como "ignorancia selectiva" ;)

No necesitamos enviar un millón de e-mails deseando rimbombantes felicitaciones cada Navidad, ‘Acción de gracias’ o ‘Año nuevo’ a nuestros amigos, título que (por cierto) ha devaluado muchísimo gracias a su abuso en los medios digitales. Créanme: dos o tres palabras (a dos o tres personas realmente significativas) tienen más impacto que un rimbombante “forward” o trillada “tarjeta virtual” a las cuales nos hemos inmunizado ya. Recuperemos el e-mail… no hay cosa mas bella que te escriban a tí específicamente, sin necesidad de encontrarse en algún foro de chat o internet.

Tampoco necesitamos abrir un JoPet, JoVille, JoFarm (ni cualquier aplicación tragatiempo que empiece con la frase “Jo”) 'pokear' a aquel, responder al mensajito o "tag" pendejo del otro ni mucho menos navegar horas muertas entre los perfiles de nuestras amistades para, al final del día, descubrir que hemos perdido gran parte del mismo.

El uso del internet, esa maravillosa herramienta social, intelectual y cultural, llevada “hasta cierto punto” (como todo en la vida) nos hace daño.


Documentemos lo aprendido.

jueves, 15 de julio de 2010

¿Dónde estaban?

El 21 de Abril del 2010, ante un alza significativa en los costos de matrícula en la universidad del estado, se declaró un paro que mantuvo cerrados sus 11 recintos por más de 60 días. Mientras unos estudiantes lucían pancartas con imágenes citando al “Ché Guevara”, “Betances” y “Albizu Campos” (reciclados a conveniencia) otros gritaban consignas con palabras como “Democracia", “Lucha” y “Libertad” jurándose revolucioinarios portavoces de tales valores universales.

La realidad es que cuando eliminamos las variables (y reducimos la ecuación a su forma más simple) la esencia detrás de la “huelga estudiantil del 2010” no fueron ideales, ética ni la defensa de valores humanos universales… fue (simple, llana y sencillamente) por dinero.

Durante los años sesenta y setenta (por ejemplo) estudiantes protestaron contra el absurdo de la guerra de Vietnam, el militarismo universitario del ROTC, el colonialismo rampante y sonante del gobierno estadounidense y el servicio militar obligatorio, entre muchas otras cosas más. Estas (a diferencia de lo que sucede hoy) eran protestas basadas en valores humanos,en una moral universal que se extendía más allá de sus intereses personales para abarcar la igualdad, libertad y la dignidad de aquellos que no necesariamente compartían su misma situación económica, política o social.

En cambio hoy, las luchas de la comunidad puertorriqueña no se extienden más allá de sus propios intereses. Nos comportamos de manera pasiva, indiferente e incluso permisiva ante la criminalidad, la corrupción y otros tantos males sociales siempre y cuando no parezca que "tocan nuestras habichuelas". La célebre frase: "Roselló robaba... ¡pero había!" durante las elecciónes primarias del 2008 es un vivo ejemplo cuán poco nos importan los valores que ahora reclamamos a voz en cuello.

¿Dónde estaban todos esos mismos huelguistas “revolucionarios” cuando el sector privado sufrió los mismos despidos masivos que ahora sufre el gobierno?

¿Dónde estaban todos esos huelguistas “revolucionarios” cuando se gestaron los descalabros ecológicos del paseo Costa Caribe y la salvajada socio-ecológica del Caño Martín Peña?

¿Dónde estaban esos mismo huelguitas “revolucionarios” cuando el FBI atacó a reporteros y camarografos de la prensa puertorriqueña?

¿Dónde estaban esos mismos huelguitas “revolucionarios” cuando el gobierno federal aprobó una legislación que permite detener (y revisar) a un ciudadano meramente por su aspecto latino?

Sólo cuando nuestros intereses personales están en juego, cuando tocan directamente nuestro bolsillo, es que palabras como "dignidad”, "igualdad", "democracia", "lucha" y “libertad” (antes ajenas a nuestro vocabulario) comienzan a salir hipócritamente de nuestras bocas. Es entonces (y sólo entonces) cuando citamos a nuestros grandes próceres puertorriqueños (hasta entonces en el olvido) en pancartas, camisas y "bumperstickers" con ínfulas de intelectuales paladines de la justicia social.

Luchar contra la injusticia sólo cuando toca nuestro dinero no nos hace sublimes ni revolucionarios, nos convierte en meros aguzaos. Citar a Betances, Albizu y Hostos sólo cuando queremos alcanzar un interés personal no nos convierte en patriotas, sino en tremendos propagandistas.

La malversación de fondos por parte de la UPR es un mal que comprende varias décadas. ¿Porqué no fue hasta que el asqueroso dedo de la injusticia (producto de la corrupción) tocó sus bolsillos cuando finalmente protestaron? Si existiese entre los puertorriqueños una vertical cultura beligerante contra la corrupción (cosa que no hemos desarrollado aún) las condiciones bajo las cuales se dio la protesta (donde docentes, estudiantes y extranjeros perdieron dinero e incluso graduación) nunca nos hubieramos visto en la posición de (finalmente) tener que "protestar".

Documentemos lo aprendido.