jueves, 15 de julio de 2010

¿Dónde estaban?

El 21 de Abril del 2010, ante un alza significativa en los costos de matrícula en la universidad del estado, se declaró un paro que mantuvo cerrados sus 11 recintos por más de 60 días. Mientras unos estudiantes lucían pancartas con imágenes citando al “Ché Guevara”, “Betances” y “Albizu Campos” (reciclados a conveniencia) otros gritaban consignas con palabras como “Democracia", “Lucha” y “Libertad” jurándose revolucioinarios portavoces de tales valores universales.

La realidad es que cuando eliminamos las variables (y reducimos la ecuación a su forma más simple) la esencia detrás de la “huelga estudiantil del 2010” no fueron ideales, ética ni la defensa de valores humanos universales… fue (simple, llana y sencillamente) por dinero.

Durante los años sesenta y setenta (por ejemplo) estudiantes protestaron contra el absurdo de la guerra de Vietnam, el militarismo universitario del ROTC, el colonialismo rampante y sonante del gobierno estadounidense y el servicio militar obligatorio, entre muchas otras cosas más. Estas (a diferencia de lo que sucede hoy) eran protestas basadas en valores humanos,en una moral universal que se extendía más allá de sus intereses personales para abarcar la igualdad, libertad y la dignidad de aquellos que no necesariamente compartían su misma situación económica, política o social.

En cambio hoy, las luchas de la comunidad puertorriqueña no se extienden más allá de sus propios intereses. Nos comportamos de manera pasiva, indiferente e incluso permisiva ante la criminalidad, la corrupción y otros tantos males sociales siempre y cuando no parezca que "tocan nuestras habichuelas". La célebre frase: "Roselló robaba... ¡pero había!" durante las elecciónes primarias del 2008 es un vivo ejemplo cuán poco nos importan los valores que ahora reclamamos a voz en cuello.

¿Dónde estaban todos esos mismos huelguistas “revolucionarios” cuando el sector privado sufrió los mismos despidos masivos que ahora sufre el gobierno?

¿Dónde estaban todos esos huelguistas “revolucionarios” cuando se gestaron los descalabros ecológicos del paseo Costa Caribe y la salvajada socio-ecológica del Caño Martín Peña?

¿Dónde estaban esos mismo huelguitas “revolucionarios” cuando el FBI atacó a reporteros y camarografos de la prensa puertorriqueña?

¿Dónde estaban esos mismos huelguitas “revolucionarios” cuando el gobierno federal aprobó una legislación que permite detener (y revisar) a un ciudadano meramente por su aspecto latino?

Sólo cuando nuestros intereses personales están en juego, cuando tocan directamente nuestro bolsillo, es que palabras como "dignidad”, "igualdad", "democracia", "lucha" y “libertad” (antes ajenas a nuestro vocabulario) comienzan a salir hipócritamente de nuestras bocas. Es entonces (y sólo entonces) cuando citamos a nuestros grandes próceres puertorriqueños (hasta entonces en el olvido) en pancartas, camisas y "bumperstickers" con ínfulas de intelectuales paladines de la justicia social.

Luchar contra la injusticia sólo cuando toca nuestro dinero no nos hace sublimes ni revolucionarios, nos convierte en meros aguzaos. Citar a Betances, Albizu y Hostos sólo cuando queremos alcanzar un interés personal no nos convierte en patriotas, sino en tremendos propagandistas.

La malversación de fondos por parte de la UPR es un mal que comprende varias décadas. ¿Porqué no fue hasta que el asqueroso dedo de la injusticia (producto de la corrupción) tocó sus bolsillos cuando finalmente protestaron? Si existiese entre los puertorriqueños una vertical cultura beligerante contra la corrupción (cosa que no hemos desarrollado aún) las condiciones bajo las cuales se dio la protesta (donde docentes, estudiantes y extranjeros perdieron dinero e incluso graduación) nunca nos hubieramos visto en la posición de (finalmente) tener que "protestar".

Documentemos lo aprendido.