lunes, 20 de junio de 2011

Estadidad

Poco después de su independencia, Estados Unidos pagó 60 millones de francos (el equivalente a 219 millones de dólares actuales) por tanto como 828,800 millas de territorio francés, en lo que se conoció como la famosa "Compra de Louisiana" en 1802. 

Ya para 1812 Louisiana era un "Estado" de los Estados Unidos de América.   

Luego, cuando Estados Unidos se interesó en lo que hoy conocemos como los "estados mexicanos" (territorio que comprende California, Oregon, Arizona, Nevada, Colorado, Nuevo Mexico, Texas y parte de Wyoming) les invadió y tomó por la fuerza en la famosa guerra Mexico-Estadounidense del 1848.

Ya para 1912 todos eran bien dicho “Estados” de los Estados Unidos de América.

Luego, cuando Estados Unidos se interesó en Alaska (586,812 millas de territorio perteneciente a Rusia) lo
compró al gobierno soviético por 7.2 millones de dólares, el equivalente a unos 111 millones de dólares en valor actual.

Ya para el 1958 Alaska era un bien dicho “Estado” de los Estados Unidos de América.

Luego, cuando Estados Unidos se interesó en Hawaii, reinstaló a los líderes que favorecían sus intereses, pidió referéndums al gobierno hawaiano y (valiéndose de un tecnisísmo electoral del cual los hawaianos nunca estuvieron de acuerdo) logró anexionar el archipiélago polinesio a su territorio.

Ya para 1959, Hawaii era un “Estado” de los Estados Unidos de América.

Puerto Rico lleva en cambio desde 1898 (mil ocho-sientos, noventa y ocho) como propiedad del gobierno estadounidense: 

Primero como botín de guerra, durante la Guerra Hispano-Americana en 1898. Luego, a fin de extender sus corporaciones en el Caribe, establece en Puerto Rico un gobierno civil restringido (Ley Foraker, Mayo de 1900). Luego, a fin de añadir al puertorriqueño como soldado durante la Primera Guerra Mundial, se le impone una “ciudadanía americana” sin derecho al voto (Ley Jones, Marzo del 1917) que el pueblo puertorriqueño mísmo vetó. Luego, a fin de disfrazar su práctica colonial ante las recién formadas Naciones Unidas en las postrimerias de la Segunda Guerra Mundial, establece en Puerto Rico un estatus político que ha sido definido por expertos como un “disparate jurídico” (Estado Libre Asociado, Julio de 1952). Y todavía hoy, después de un siglo, una década y tres años de ocupación, el Congreso de los Estados Unidos nunca ha mostrado interés de anexionar Puerto Rico a su territorio. Asume en cambio la estratégia política del "innocent bystander" donde luego de 113 años de control económico, opresión política y colonialísmo, responsabiliza al pueblo puertorriqueño de "no ponerse de acuerdo" evitando así su responsabilidad política, social y moral. 

Después de 113 años, una identidad nacional destruída y una economía nacional cada vez en mayor decadencia, la situación invita a un serio momento de introspección nacional.



Querido Estadista


Si bien la soberanía pudiera parecer una ideología bilateralmente opuesta, ambos perseguimos un mismo gran y necesario fin: elevarnos por encima de las limitaciones morales y económicas de la colonia del "Estado Libre Asociado".     

Mientras que ustedes abogan por igualdad dentro de un país extranjero, nosotros aspiramos a igualdad con el mundo entero y la soberanía necesaria para pactar de tú a tú con otros países e incentivar así la economía internacional que TANTO Puerto Rico necesita.

Mientras que ustedes aspiran al voto presidencial de un país extranjero (el cual ha demostrado no tener interés alguno en anexionarnos) nosotros aspiramos a un gobierno propio que vele por los intereses económicos del pueblo puertorriqueño y no a uno a miles de millas de distancia, moralmente indiferente y ajenos a las necesidades del pueblo puertorriqueño velando por sus propios intereses.

Mientras que ustedes (ahogados en un mísero complejo de inferioridad cultural) alegan que Puerto Rico "no es una nación", que somos “chiquititos”, “vagos” y que “no podemos”… nosotros estamos conscientes de todo lo que los puertorriqueños somos capaces de crear y del éxito que aguarda el integrarnos al mercado internacional fuera de las leyes de cabotaje y demás sanciones coloniales que tanto nos consumen moral, social y económicamente.

Mientras que ustedes (ya sea por ignorancia o fanatismo) juran y perjuran que la estadidad está a “la vuelta de la esquina”, nosotros estamos conscientes de que si el congreso de los EEUU tuviese interés alguno en anexionar Puerto Rico a su territorio, en los cien años, una década y tres años de ocupación en la isla, ya lo hubiese hecho. 

La historia ha demostrado que cuando Estados Unidos interesa un territorio... ya sea a través de la compra (como lo fue la adquisición de Lousiana y Alaska) guerras (como lo fue la anexión de los estados mexicanos, territorios indígenas y estados sureños durante la guerra civil) o ingeniosos tecnisísmos electorales (como lo fue la toma de Hawaii en 1959) simple, llana y sencillamente, lo toma.

Antes de articular el trillado argumento de que "es que nosotros no hemos pedido la estadidad con suficiente fuerza", recuerde lo siguiente: Cuando durante la Primera Guerra Mundial se le otorgó la ciudadanía americana al puertorriqueño, nosotros no la pedimos. Tampoco hubo referéndums sobre si “la queríamos” ni consideraciones algunas sobre las implicaciones políticas, morales ni económicas de desnacionalizar al puertorriqueño. Simplemente estaba dentro de los interestes económicos, políticos y estratégicos de los EEUU, y lo impusieron.

El día que ustedes acepten esta triste e indignante realidad... el día que acepten que la estadidad jíbara no es una opción para los puertorriqueños, comenzarán al fin a buscar opciones más allá de mendigar la entrada a un país extranjero que (después de 113 años de vivir en el patio de su casa, pelear sus guerras, aportar a su economía y acatar las restricciones económicas de funcionarios políticos por los cuales tampoco tenemos derecho al voto) no demuestra interés ninguno en anexionarnos.


El día que ustedes acepten esta indignante realidad, dejarán al fin de ofrecer nuestro espacio geográfico, identidad nacional y riqueza ecológica para el lucro y explotación de un país extranjero. Será el día en que se enrolarán las mangas y nos ayudarán a desarrollar las mismas vías de autosuficiencia nacional que (jurando que así nos darán un espacio entre las cincuenta estrellitas) hoy desbaratan sin reparo alguno para detrimento del pueblo puertorriqueño. 

El día que ustedes estadistas dejen de ver al puertorriqueño (o sea, a ustedes mismos) como hombres y mujeres “vagos”, “ineptos” e “incapaces” de gobernarse a sí mismos (mentalidad que curiosamente conviene sólo al país extranjero en cuestión) será el día en que se enrollarán al fin las mangas y comenzarán a trabajar el proyecto de país que tanto los puertorriqueños necesitamos. 

Entre tanto seguiremos comiéndonos por los rabos los unos a los otros sin llegar a un consenso nacional, en la miseria económica de un agotado estatus colonial y en la pobreza de espíritu que implica vivir en el Estado Libre Asociado.

Como todos puertorriqueños, hombres y mujeres comprometidos NO con un partido político sino más bien con lo mejor para nuestra patria, nuestros ancianos, adultos, adolescentes y bebés aún por nacer... necesitamos de tu ayuda para hacer de este proyecto de país una realidad. 

En palabras del Andrés Jimenez 'el jíbaro': Coño despierta boricua.



Documentemos lo aprendido